El poder de la corrupción hizo que un efectivo de la Policía tenga que irse del país, debido a los ataques que venía recibiendo por haber investigado a funcionarios de la Municipalidad de Lima.

El policía en situación de disponibilidad en la PNP, cuyas iniciales son JCAG, recibió asilo de parte del gobierno de los Estados Unidos, luego de comprobarse que venía siendo objeto de presiones debido a una investigación que involucraba a funcionarios de la Municipalidad de Lima y una red de prostitución.

Según el testimonio de este policía, él pudo conocer el poder de la mafia relacionada a la prostitución clandestina en el Cercado de Lima.

“Durante mi trabajo tratamos de erradicar la prostitución por lo que cerrábamos hostales que luego reabrían por autorización y licencia de la Municipalidad de Lima. Desde ese entonces fuimos objetivo de ataque por parte de dicha institución”, detalla.

Sin embargo, el hecho que obligó a este policía a salir del país y pedir asilo en los Estados Unidos, fue un hecho donde formalizó una investigación contra funcionarios de la Municipalidad por abuso de autoridad.

“El caso se archivó rápidamente. Y luego, el juez nos denuncia a nosotros por abuso autoridad. Pero dicha denuncia se archivó. Posteriormente pasó algo extraño, misteriosamente se cambió al juez y la nueva jueza reabrió el caso y nos sentenció a un año de prisión suspendida, además de un pago como reparación civil a la municipalidad”, cuenta el policía.

Esto evidenciaría una fuerte vinculación entre funcionarios municipales, el poder judicial y una mafia clandestina que maneja la prostitución en Cercado de Lima.

El efectivo policial, al sentirse vulnerable frente al poco apoyo que recibía de parte de la institución policial, decidió salir del país y solicitar asilo político en los Estados Unidos.

Ya con su familia resguardada fuera de Perú, este efectivo PNP ha decidido contar su experiencia como policía y todo lo que intentó realizar para erradicar la prostitución clandestina en el país. Acciones que constantemente eran saboteadas por la corrupción municipal que permite la reapertura de hostales de dudosa reputación en el Cercado de Lima.

“Nuestra estrategia era cerrar los puntos donde se ejerce la prostitución, pero cuando clausurábamos el local, al día siguiente volvían a operar con la venia y autorización de los fiscalizadores de la Municipalidad de Lima. Es así como me convierto en una persona incómoda y comienzo a sentir el peso de la mafia, tanto en los procesos judiciales que se me abrieron por hacer bien mi trabajo, como la sentencia absurda que recibí al realizar una investigación de oficio contra tres funcionarios del municipio que al parecer tomaron nota de mi identidad y comenzaron dirigir los ataques contra mi persona”, cuenta el efectivo PNP.

Esta grave denuncia busca poner a la luz pública los atropellos de los que son víctimas los policías cuando se enfrentan cara a cara con la delincuencia urbana, y muchas veces no cuentan con el apoyo de su institución, por lo que ven como única alternativa abandonar el Perú y refugiarse en un país que les garantice su vida y la de sus familiares.