El jurista e internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay, indicó que no es posible cambiar la Bandera Nacional, ya que los colores rojo y blanco son parte de la construcción de nuestra identidad e idiosincrasia nacional, explicando así de que la propuesta de la legisladora de la bancada de Perú Democrático, Nieves Limachi carece de fundamentos históricos y no fue vista por historiadores o académicos.
Así el internacionalista, autor del exitoso libro "La Ruta del Bicentenario del Perú - Dos Tomos", indicó que los colores rojo y blanco responden a un proceso histórico y no solamente al sueño del libertador don José de San Martín y a las parihuanas, pues cada pueblo tiene colores que los identifican y cualifican a lo largo del proceso de construcción de su nacionalidad.
¿Cómo ve usted la propuesta de cambiar la Bandera Nacional elevado a la PCM por la congresista Nieves Limachi de la bancada de Perú Democrático?
“Creo que es una propuesta que no corresponde a nuestra realidad histórica y por tanto, carece de una fundamentación de naturaleza histórica de nuestra peruanidad, tampoco está inscrita en la memoria y consciencia colectiva de los peruanos que han sido forjadas y acrecentadas sobre los colores rojo y blanco que definen nuestro ser ciudadano nacional. La construcción que hizo Abraham Valdelomar sobre el sueño de San Martín y los colores de la bandera y el proceso de su construcción y su creación en los tiempos de la independencia impactaron en la sociedad de la emancipación propiamente separatista y en la república inicial, y fueron más bien confirmados y consagrados durante todo el siglo XIX, el XX y por supuesto en lo que va de estas dos primeras décadas del siglo XXI, entonces, creo que son colores importantes y respetables los que hace alusión la congresista, pero no se condicen con la naturaleza de nuestro proceso histórico, hallándose realmente muy por fuera de nuestra historia y tradición nacional".
¿Hay palabras para calificar esta propuesta de cambiar un símbolo de la patria?
“Yo no quisiera utilizar calificativos, sino más bien creería que para fundamentar una propuesta como la que ha sido hecha, era necesario recurrir o apelar al rigor histórico que va a terminar diciendo que únicamente los colores rojo y blanco son los que corresponden a nuestro mayor símbolo nacional como Estado y como nación. No olvidemos que estamos hablando del símbolo más importante (la bandera), que es el rostro más visible de la peruanidad ante el mundo. De hecho lo primero que buscamos ante una multitud de ciudadanos del mundo es la blanquirroja para advertir que estamos presentes por otros lares. De allí que esta peruanidad esta forjada en los colores rojo y blanco y no solamente por el sueño de San Martín y las parihuanas, sino porque se inscribe en una construcción de nuestro proceso histórico y no es la consecuencia del azar ni del capricho. Cada pueblo tiene colores que los identifican y cualifican en su proceso histórico, los del Perú son el rojo y el blanco y yo creo que allí está el tema central y no deberíamos salir de este parámetro forjado a través de los años. La congresista ha debido hacer una revisión o una auscultación con rigor histórico consultando las fuentes que siempre van a terminar diciendo que la Bandera Nacional del Perú es de color rojo y blanco”.
¿Entonces esta propuesta carecía de fundamentación?
“Sin duda alguna la propuesta de cambiar los colores de la bandera carece de fundamentación. Ya existe un informe muy serio del Ministerio de Defensa que lo ha desestimado refiriendo que no cumple con los principios básicos de nuestra peruanidad y más bien se parece a las banderas de otros respetables países, de allí que creo que lo señalado por la congresista carece de cualquier fundamentación porque no se condice con la naturaleza histórica, como se alistó en nuestra idiosincrasia nacional sobre los colores, rojo y blanco”.
¿Qué podemos decir de la reacción de Tacna al enterarse de la propuesta de cambiar la bandera nacional?
“Las reacciones de Tacna, son absolutamente comprensibles porque Tacna tiene autoridad moral ganada en su construcción patriótica al volver al seno de la patria después de 46 años de hallarse bajo la invasión de Chile que la historia conoce como chilenización. La reincorporación de Tacna al Perú hizo de su admirable gente, de sus hombres y de sus mujeres, una sociedad cargada de patriotismo. Esa etapa que Basadre llama a jamás olvidar para que nunca se repita, la hizo a Tacna distinta de otros respetables espacios de nuestro territorio nacional al acrecentar el sentimiento nacional como en ninguna otra parte por lo que pasaron y no fue fácil y ningún peruano de otras partes de nuestra preciada patria debe ofenderse. Tacna tiene autoridad moral por eso es que todos los años ellos realizan la denominada Procesión de la Bandera que por cierto hay que ir a Tacna para vivirla, se lo digo con el privilegio de haber participado de la procesión en otras oportunidades, es indescriptible. Entonces a mi me parece comprensible la reacción de Tacna y esperemos que esta propuesta vaya al archivo, porque no corresponde a nuestra Nación, a nuestra identidad nacional que se ha construido desde los tiempos precolombinos y luego por el sincretismo con España. El Perú de hoy es la consecuencia de ese proceso histórico que siempre debemos admirar pues solo así se forja nuestra identidad nacional y nuestro nacionalismo”.
¿Hay alguna calificación para la congresista Nieves Limachi?
“Le reitero que soy enemigo de las calificaciones de las personas por sus opiniones pero si le quiero decir enfáticamente como historiador y como académico que la congresista ha debido antes de formular una presentación de esa propuesta al Gobierno del Perú de cambio de colores de la bandera, someterla al parecer u opinión de los especialistas, de los historiadores, de los académicos que seguramente le harían saber que debe ser descartada ipso facto es decir en el acto”.
¿Cómo nos deja esta propuesta ante nuestros países vecinos?
“Creo que estamos en una etapa de muchas sensibilidades y hay que mirar con mucho rigor, con mucha responsabilidad las cosas que se hacen o que se proponen. Creo que estamos en una etapa internacional todavía dominada por la pandemia y ahora por los conflictos internacionales que han vueltos a los pueblos llenos de hipersensibilidad; sin embargo, estas circunstancias no deben alejarnos de nuestras bases pétreas como Estado – Nación, creo que allí debe estar la mirada y sería importante que aprovechemos para entender y consolidar nuestra identidad nacional, a partir de nuestros símbolos patrios que no fueron hechos de la noche a la mañana, sino que es la consecuencia de nuestro rico devenir nacional. Antes de ver una propuesta de cambiar los colores de la Bandera Nacional que repito no tenía fundamentación histórica, debemos decidir por norma jurídica que se debe cantar el himno nacional al inicio de cada semana en los colegios, universidades, institutos, entidades del Estado, y también en el sector privado, dedicando unos cuantos minutos para rendir culto a la Bandera Nacional izándola y ojalá se decida declarar feriado nacional no laborable el 7 de junio de cada año que es el Día de la Bandera como lo he propuesto tantas veces. Lo que acabamos de ver con esta propuesta es una severa llamada de atención a nuestra política educativa que debe empoderar nuestra identidad nacional. Debemos ser el país nacionalista que no somos.